Entre las aleaciones de cobre, el cuproníquel se utiliza ampliamente en la construcción naval, la industria petrolera, la química, la construcción, la energía eléctrica, los instrumentos de precisión, los equipos médicos, los instrumentos musicales y otros sectores como pieza estructural resistente a la corrosión. Gracias a su excelente resistencia a la corrosión y a su fácil moldeo, procesamiento y soldadura, el cuproníquel también posee propiedades eléctricas especiales, que permiten su uso en la fabricación de elementos resistivos, materiales para termopares y cables de compensación. El cuproníquel de uso no industrial se utiliza principalmente en la fabricación de artesanías decorativas.